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La historia y el poder del beso

“Casi todos los días, casi todas las personas besamos, pero casi nunca pensamos en sus causas y consecuencias”


El beso, ese gesto sensual y cariñoso con el que, generalmente, se inicia un acercamiento romántico, actúa como un barómetro en la uniónentre parejas.



Se ha dicho que, ni siquiera los genitales humanos son tan sensitivos como los labios. Pero además, el lenguaje de los besos es considerado por algunos psicólogos como un acto de lo más saludable.



Atenúa la ansiedad, mejora la autoestima y libera hormonas que actúan como analgésicos contra el estrés y la depresión, fortaleciendo nuestras defensas y contribuyendo, incluso, a prolongar la vida.



¿De dónde nos viene la costumbre de besar?…




Podríamos decir que el beso es un acto tan antiguo como nuestra existencia.



El Dr. Jesús De la Gándara Martín, experto en psiquiatría, ha estudiado el lenguaje de los besos y afirma que “en el principio fue el beso… luego vinieron las palabras, la cultura y la sociedad” ..”Hay animales que besan, que saben hacerlo, aunque no sepan que saben.



Los animales besan para coexistir, para relacionarse, para reconocerse, para cuidarse, para protegerse, para tranquilizarse…



Siguiendo este argumento hallamos un origen primitivo del beso que compartiríamos con algunas especies de animales en el hecho, por ejemplo, de lamer las heridas. Pero los estudiosos no se ponen de acuerdo, otros piensan que se trata de un acto aprendido, y dudan de que sea instintivo puesto que en ciertas culturas de África o Asia no se practica el arte de besar.


Aunque, por su parte la filematología,-ciencia que estudia el beso-, afirma que éstos son una práctica común en el 90% de las culturas del mundo.


Sin descartar ambas posiciones, podemos concluir diciendo que el impulso de besarnos entre los humanos podría ser innato y que se ha ido desarrollado de manera gradual .


PRIMEROS BESOS DOCUMENTADOS


Parece ser que en la India Védica del 2.000 a.d.C sólo se usaba el frotamiento de nariz y que el contacto entre bocas empezó más tarde. Los documentos donde encontramos la primera mención escrita de la Historia sobre los besos son los antiguos textos bedas que datan del 1.500 a.d.C. Se piensa también que aunque el beso se extendió por muchas culturas y pueblos antiguos, no llegó a establecerse en Egipto.


Sin olvidarnos de aquel trabajo básico sobre el amor, el Kamasutra, texto hindú escrito entre el 240-550 d.C donde se enumeran hasta treinta tipos de besos. Unos donde los labios apenas se tocan; otros más palpitantes donde se mueve sólo el labio inferior, y el beso de tocamiento, en el que participan labios. También de este gran manual del sexo antiguo, se desprende que los hombres eran más afectuosos con las mujeres besuconas que con aquellas que habían mantenido previas relaciones sexuales. Lo que sugiere que besarse era entendido como algo más puro y más romántico.


LOS BESOS ROMANOS


En tiempos de la antigua Roma el beso estaba reservado para el ámbito familiar. Besarse en la boca en público estaba mal visto e incluso llegó a estar prohibido.


En la conocida obra de Plutarco, Vidas Paralelas, el historiador griego dice que en Roma estaban prohibidas las manifestaciones públicas de cariño entre los esposos y cuenta que, Catón “echó del Senado a Manilio porque besó de día a su esposa y a la vista de su hija”.


ORIGEN DEL BESO EN LA ROMA ANTIGUA:


EL VINO Y LAS MUJERES


Pero Plutarco fue más allá, intentando averiguar el origen de los besos que no concluyó en una expresión amorosa precisamente. Sabemos que durante muchos siglos, las mujeres romanas no tuvieron permiso para beber vino, cuya ingesta era vista como algo moralmelte deleznable. Los esposos estaban amparados por la ley romana y tenían permiso legal para matar a sus esposas o divorciarse de ellas si eran sorprendidas bebiendo alcohol.


En su obra, Plutarco relata que los romanos y romanas comenzaron a besarse a partir de la promulgación de la ley que prohibió a las mujeres beber vino y que en vista de que no se cumplió de manera efectiva acabó por endurecerse. Los maridos obligaban a sus esposas a exhalarles su aliento, pero por si acaso, acercaban también sus labios a los de ella, para comrobar que no había ingesta de alcohol.


Según Plutarco y otros autores como el historiador griego Polibio o los romanos Aulus Gellius y Publio Valerio Máximo, -que vivieron entre los dos últimos siglos de la vieja era y el primero de la actual-, esta ley que prohibía a las mujeres beber el “temetum” -vino puro- estableció para ellas la absoluta abstinencia. La mujer podía ser castigada con penas tan severas como las que se aplicaban por cometer adulterio.


La ley venía de los tiempos de Rómulo, primer rey de Roma, y según recogieron estas fuentes, se modificó convirtiéndose en una norma muy rígida: cita “Mulier si temetum biberit domi ut adulteram puniunta”, algo así como “si una mujer bebe vino en casa, ha de ser castigada como una adúltera”. Final de cita


Polibio importantísimo historiador griego también cuenta en su Historia de Roma que la Ley obligaba a las esposas a exhalar diariamente su aliento ante parientes y marido, para demostrar que no habían bebido el terrible“temetum”.


Tanto es así que el escritor Publio Valerio Máximo en sus libros Factorum et dictorum romanos-pegaban-mujeres memorabilium, -compilación de anécdotas del s.I d.C-, se refiere a un tal Egnatius Matellus quien para entonces ya se había convertido en un mito popular: Cita “mató a golpes de fusta a su esposa, porque había bebido vino, hecho por el que ni se le acusó ni se le reprendió” porque “la mujer que toma cierra la puerta a las virtudes y la abre a los vicios”. Final de cita


bodega-anforas


Existe otro mito que cuenta la truculenta historia de una mujer condenada a morir de inanición como castigo impuesto por los suyos por coger las llaves de la bodega.


Absoluta abstinencia femenina que sólo les permitía beber vino cocido o hecho con pasas y mezclado con azafrán, aloe y mirra, para dar buen aliento.


Por su parte también Aulo Gelio (escritor romano del s.II) en su única obra conocida “Noches Aticas”, donde iba anotando aquellas uriosidades que, bien oía o leía en otros libros, destacó al respecto que: “las mujeres de Roma y del Lacio debían ser toda su vida abstemias, y abstenerse del uso del vino llamado temetum en la antigua lengua. El beso que daban a sus parientes servía de prueba: si habían bebido vino, el olor las delataba y recibían reconvenciones.”


Pogresivamente, ya en el s.I a.d.C, la sociedad se volvió algo más tolerante, en este sentido, con las mujeres, ya que el vino pasó a formar parte de la alimentación básica. El último divorcio registrado por esta cuestión se produjo en el 194 a C.


Finalmente el emperador Tiberio terminó prohibiendo el beso, pero en sus crónicas, los historiadores no se ponen de acuerdo si fue a raíz del escándalo provocado por la ley de abstención femenina de vino que duró algunos siglos. No faltan otras razones que apuntan a que en tiempos del emperador hubo una epidemia de herpes que hizo necesaria la prohibición de tan saludable acto.


CONCLUSIÓN


Al margen de que la historia del beso entre los romanos en relación con la abstinencia femenina de alcohol pueda parecernos increíble, los autores citados recogen este episodio y de ellos se desprende que se trató de una norma machista que tendía a garantizar la moralidad de la conducta femenina de las esposas que el alcohol ponía en peligro. De esta manera, y de la propia censura comenzó a derivarse el beso entre los esposos romanos que, con el tiempo, sería toda vez más apasionado.


Lo que en fechas mucho más cercanas nos recuerda a que Hollywood evitó los besos apasionados, lo que contribuyó, posteriormente, a que la gente los demandara más y, décadas posteriores se imitasen estos” besos de película” en la calle en todo su esplendor.


Besar apasionadamente es sano, libera endorfinas, puede quemar hasta 6.4 calorías por minuto y lo que es más importante alarga nuestra vida y la hace más placentera. Por lo tanto, para vivir días felices, estar más sanos y vivir más tiempo, practiquemos el beso en el día a día.¡Más francés y menos Prozac!!


Artículo del Doctor Jesús De la Gándara , tomado de Internet.

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