
Milo tiene 11 años; desde su nacimiento padece hipoacusia neurosensorial severa profunda bilateral. Sin embargo, gracias al trabajo médico y el apoyo de su familia, hoy puede oír perfectamente, desenvolverse con normalidad y hablar tres idiomas.
La madre de Milo, Roberta Jawerbaum, contó a Infobae las dificultades que atravesaron hasta dar con el diagnóstico correcto: "Nosotros sabíamos que no oía pero desconocíamos cuánto. Tampoco sabíamos si era únicamente sordo o tenía otros problemas. Nos costó mucho llegar a un diagnóstico. En los primeros años de vida, cada mes que pasa juega en contra de la rehabilitación". Los resultados de los estudios eran contradictorios.
Con apenas tres meses, Milo ya contaba con sus primeros audífonos. Pero la lucha contra la hipoacusia tenía más batallas. El niño recibió dos implantes cocleares; uno al año y cinco meses y el siguiente a los dos años y ocho meses.
"Cuando mi hijo oyó por primera vez se rió un poco, lloró y también se escondió. Fue sumamente emocionante", recordó su madre.
Actualmente Milo cursa el sexto grado de la primaria y asiste al mismo colegio trilingüe al que van sus hermanas. "Mi hijo aprendió otros idiomas en el colegio. Primero me decían que no le enseñáramos porque lo confundiríamos; pero decidimos confiar y no desalentarlo", subrayó la mamá y recalcó la importancia del estudio de otoemisiones acústicas, obligatorio en el primer mes de vida.