
Mientras el pequeño jugaba con uno de sus hermanos en el hall del centro comunitario de Overland Park en Kansas, sucedió la tragedia.
Según el diario ABC News, el nene de tan sólo cinco años, quiso abrazar a la estatua y ésta, apenas él la toca, se cae y se hace pedazos contra el piso.
Las cámaras de seguridad captaron todo el momento y fue por ellas que el museo pudo dar con la familia responsable.
Días después, los padres recibieron una notificación de la compañía de seguros, la travesura de su hijo les saldría 114.155 euros. "Usted es responsable de la supervisión de un menor de edad... su falta de supervisión podría considerarse negligente", decía el texto.
El creador de la escultura, Bill Lyons, le contó a la prensa que le tomó cerca de dos años crear la pieza y que no tenía reparación. "Está más allá de mis capacidades y deseos de reconstruirlo", admitió.
Por su parte, la madre defendió a su hijo y sostuvo: "la estatua ni siquiera se encontraba protegida ni sujetada al suelo. Nadie espera ir a un sitio en el que los niños están invitados, pueden entrar, y tener que preocuparse también de que una pieza de arte de 114.000 euros caiga sobre su hijo. Él no lo hizo a propósito, la escultura cayó sobre él. No era seguro... Para nada"
Las autoridades locales definen el incidente como un "acto desafortunado" pero a su vez sí admiten que dichos objetos no deberían ser manipulados por la gente ya que no están diseñados para eso.