Por Ángel Espinal

Terminado el año 2019, recordamos las pérdidas de éstos 365 días. ¡Cuántos queridos artistas se nos fueron! La bachata se amargó más, con la partida de Yóskar Sarante, la balada se eclipsó con la ida de Anthonny Ríos y Luchy Vicioso, el merengue bajó de tono con la desencarnación de Cherito. La locución nacional tuvo grandes bajas, con la espiración de Marian de la Mota y Gabriel Grullón. La literatura nacional pasó por la triste noticia de que Carlos Esteban Deives se nos adelantó.
En el plano internacional, el “Príncipe de la canción”, José José, cambió de reino. Camilo Sesto marchó a cantar sus hermosas canciones a otra dimensión. Le cantamos “Cuando un amigo se va” al grande, Alberto Cortez y le dijimos un profundo hasta siempre al Maestro Patzy Andión.
Sin embargo, aunque ya sea una frase tantas veces repetida, la obra de éstos gigantes queda y la podremos seguir disfrutando siempre! Sólo se han despojado de su equipaje carnal para vivir perennemente en cada uno de nosotros! ¡Por la eternidad brillará la luz de éstos seres universales!